En Estados Unidos ya funciona la autopista más moderna e inteligente.
Por los alrededores de Dallas, en Texas, Estados Unidos, se alzan la North
Tarrant Express (NTE) y la LBJ TEXpress, dos colosales autopistas de 21,4
kilómetros de longitud cada una. Construidas por una firma española con una
inversión que supera los 4,000 millones de euros, se tratan de las “autopistas
del futuro”.
El área formada Dallas,
Fort Worth y Arlington, al norte de Texas, forman la cuarta zona más densamente
poblada de Estados Unidos. Siete millones de habitantes se distribuyen en ella
gracias al alto número de empresas que funcionan en la metrópolis. Este
acelerado crecimiento hizo colapsar a las autopistas, en especial a la
tradicional Lyndon B. Johnson.
La gigantesca solución. Ante este problema de
infraestructura apareció la constructora española Ferrovial con una idea
novedosa que no requería mayor inversión estatal, sino privada: dos carreteras
“inteligentes” que cobran peaje según la cantidad de autos que actualmente las
ocupan, esto para garantizar un tráfico fluido.
A pesar de que al inicio los
ciudadanos de Dallas se resistieron a la idea de pagar un peaje para
movilizarse, ya que este cobro puede ser cuna de corrupción, eventualmente
el proyecto comenzó a gozar de éxito desde su inauguración en setiembre del
2015. La LBJ TEXpress ha aumentado el número de autos que circulan por ella en
un 7%, el promedio de velocidad ha aumentado en un 15% y el promedio de
congestión se ha reducido en un 73%. Además, el 76% de los usuarios aprueba el
sistema de cobro de peajes. Un éxito que hace pensar que el ejemplo de Dallas
podría repetirse alrededor del mundo.
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