El amor de padre es más grande que el universo.
Josh Marshall tiene 28 años y vive en Kansas (Estados
Unidos), junto a su pequeño hijo de 8 años. En marzo del año pasado, a su hijo
Gabriel le diagnosticaron cáncer: tenía un tumor maligno en la cabeza y no
había tiempo que perder. Había que extirparlo lo antes posible.
Y así fue como sucedió. Pero la cicatriz de la operación es muy notoria. Eso es algo que incomoda al pequeño Gabriel, que siente que recaen en él todas
las miradas. "Él está bien, todo marcha bien a nueve meses de la
intervención", dijo su padre a BuzzFeed.
Sin embargo, la cicatriz que tiene en la cabeza lo hace sentir
un pequeño monstruo. Por eso, Mashall tomó una amorosa y tierna decisión: se tatuó una cicatriz
falsa en el mismo lugar de la cabeza que su hijo la tiene. "Ahora, si alguien quiere mirar, nos mirarán a los
dos", le dijo Josh Marshall a su hijo Gabriel tras mostrarle lo que había hecho.
Las imágenes de su tatuaje se hicieron virales porque para el
Día del Padre, Josh Marshall entró en la competencia de la Fundación Baldrick, que
muestra a padres, tíos y abuelos que se raparon la cabeza en honor a los chicos
que tienen cáncer, y Josh Marshall se llevó el premio al "Mejor padre
pelado".
Sin duda Josh Marshall es un ejemplo a seguir como padre. ¡Que hermoso gesto!.
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